
¡Carajo, Tío!
—¡Carajo, Tío! ¿Por qué a él, mi favorito? ¡La puta madre! ¿Por qué te llevaste a mi hijo? La montaña gime con los lamentos, surgidos desde sus mismas entrañas. Ante la figura demoníaca, Guillermo llora y se retuerce. Su cuerpo se ha convertido en un saco de polvo, lágrimas y huesos. [...]