Y nuestro Dios Andino dijo…
… Guarden con amor sus hojas y cuando
sientan dolor en su corazón,
hambre en su carne,
y oscuridad en su mente…
Llévenselas a la boca y con dulzura
extraigan su espíritu
que es parte del mío…
Obtendrán alimento para su cuerpo,
amor para su dolor,
y luz para su mente…
Y aún más, observen el baile de estas hojas
con el viento y obtendrán
respuestas para sus preguntas…
Pero si tu verdugo llegado del norte,
el conquistador blanco,
el buscador de oro la tocara,
solo encontrará en ella
veneno para su cuerpo
y locura para su mente…
Y cuando la COCA, que es así como la
llamarás, intente ablandarlo solo
logrará romperlo,
como los cristales de hielo formados
de las blancas nubes destruyen las
rocas, demuelen las montañas.
Leyenda de la coca / A. Díaz Villamil, adaptación poética Jorge Hurgado
Pangoa, Perú