Ama Sua – Ama Llulla – Ama Qella
Ley de la Complementariedad
El mundo está formado de contrarios: electrones y protones, movimiento de rotación y de traslación de la Tierra, movimiento de sístole y de diástole del corazón, oriente y occidente. Cuando el polo positivo y negativo de un fluorescente se unen, surge la luz; cuando el hombre y la mujer se unen, surge el hijo; cuando la emoción y la razón se unen, surge el sentimiento.
En el mundo andino, los contrarios no luchan, sino que se complementan y de esa complementación surge la vida. Sin embargo, en esta complementación ninguno pierde su identidad, siguen siendo ellos mismos, porque cada uno tiene algo que el otro no tiene y necesita, y viceversa.
En la complementación, la individualidad propia de cada contrario se reafirma. Cuando en la complementación se pierde la identidad, el contrario deja de ser él mismo y se somete al otro, rompiendo la armonía y dando paso a la dominación.
En la cosmovisión andina, cuando dos contrarios se unen es porque ahí se manifiesta en toda su amplitud el amor. La complementación de los contrarios es un hecho irrebatible, en el sentido que se ha demostrado que es en la complementación, y no en la lucha, donde se encuentra el origen de la armonía y de la vida.
Para el mundo andino, la vida se encuentra en la diversidad y no en uno solo; no compitiendo, sino viviendo y conviviendo con toda la naturaleza en su grandiosa diversidad. Así como la luz blanca no es pura, sino una mezcla de todos los colores del espectro del arco iris, la vida no se encuentra en la pureza, sino en la diversidad.
De esta manera, los sabios andinos entienden que la verdad no está en uno, sino en todos los contrastes. Asimismo, la cultura andina no pretende ser un imperio para dominar el mundo, entiende que es hermoso convivir con la diversidad.
Tridimensionalidad del mundo andino
Para que los contrarios se complementen no basta que haya los pares o contrarios, se necesita de una tercera fuerza que se encuentra en el centro para unir los extremos. Esta fuerza es la energía del Dios andino, Wiracocha. Wiracocha se ubica en el centro para unir y equilibrar los extremos.
En el mundo andino, el Inca es el representante de Wiracocha en la Tierra. La misión del Inca no es la del líder todopoderoso, sino es el que logra la complementación en las diferencias. El Inca y todos sus funcionarios cumplen la misma función del Dios andino, es decir, unir y equilibrar a todos los contrarios. De esta forma, tanto el médico, el sacerdote, el líder como el psicólogo andinos son armonizadores.
Ley del Equilibrio
La Chakana representa el máximo icono de la cosmovisión andina. La Chakana tiene todos sus lados simétricos y proporcionales, encerrando en ella todas las leyes universales andinas, su ciencia y filosofía.
En la Chakana, el punto medio simboliza el origen del universo, la representación simbólica de Wiracocha, el eterno equilibrador del universo, el unificador en las diferencias, el irradiador y concentrador de la energía, el punto de equilibrio del universo. El mediador, símbolo del amor, nunca se coloca en los extremos, siempre se ubica en el medio para unir a todo el universo.
La complementación de contrarios debe producirse en equilibrio, sin que ninguno de los contrarios tenga la necesidad de dominar al otro. Esto solo se garantiza si los dos contrarios tienen igual o parecida fuerza. La Chakana, con todos sus lados equivalentes y simétricos, simboliza el equilibrio de fuerzas que tiene que haber entre todos los contrarios para conservar la armonía.
Cuando hay desequilibrios, se producen las enfermedades, los trastornos psicológicos y los problemas sociales.
El andino ve todos los elementos del cosmos sin jerarquías de poder, sino de afecto. De esta forma, entiende que el Dios andino no es todopoderoso, porque todo su poder lo ha repartido equitativamente entre toda la naturaleza y el cosmos.
Ley de la Alternancia
Toda la vida está en movimiento. Cambiar es moverse en los contrarios, arriba y abajo, izquierda y derecha, alegría y tristeza, amor y soledad… La psicología andina enseña a moverse en todas las direcciones, a integrarse en todas las diferencias, para luego regresar al punto de equilibrio, al origen; sin ser dominado por nadie ni por nada.
En la alternancia de los contrarios está la vida y el secreto de la armonía. Pero para que exista alternancia tiene que existir la diversidad, tienen que existir los contrarios, diferentes culturas y formas de pensar. Cuando no hay alternancia, no hay movimiento, algo está atrapado e impide el propio crecimiento.
Crecer no es luchar con los contrarios, se crece cuando uno conoce y se integra armoniosamente en las diferencias y comparte los propios saberes. La verdad no está en uno, sino en todos los contrastes. Sin embargo, es necesario haber logrado la propia identidad para vivir en las diferencias.
Ley de la Reciprocidad
Los sabios andinos entienden que toda la naturaleza posee energía de diferente forma y que esta energía la comparten recíprocamente todos los elementos.
La ley universal de la irradiación y concentración de la energía es clave para el surgimiento de la armonía. El centro concentra toda la energía que proviene de todos los extremos, para luego devolverla e irradiarla nuevamente. De esta forma se asegura el crecimiento y desarrollo de todas las identidades que conforman el universo.
Para que exista la vida, debe haber un equilibrio entre el dar y recibir. Los contrarios no solamente se complementan, sino que comparten y alternan distintas energías; dando lugar a la reciprocidad, la solidaridad y el compartir.
La concentración desproporcionada de cualquier clase de energía, sea de tipo económica, intelectual o política, y la no irradiación y compartición de la misma, atenta contra la ley universal de la reciprocidad. La concentración en su justa medida no rompe con el equilibrio, pero realizada de manera enfermiza altera el orden natural, causando la riqueza y pobreza extrema de los pueblos.
Ley del Eterno Retorno
En el mundo andino, todo es un ciclo, todo nace para regresar a la primera causa que lo originó, para reiniciar nuevamente el proceso de manera ininterrumpida y eterna.
Cada 21 de junio se cumple con la fecha establecida, donde desde los confines del planeta, el Ticse llama a sus hijos para otra vez regresar al origen y construirlo de nuevo. El Ticse es energía que corre por las venas de los andinos, que les remite a sus ancestros y a sus orígenes.